En fotografía, a la capacidad de fotografiar con nitidez objetos en sombra y objetos a la luz se la llama rango dinámico, y depende mucho de las características técnicas de la cámara. Aún así, y jugando con el rango dinámico de nuestra cámara, podremos componer fotos con más o menos contrastes entre las luces y las sombras. En la naturaleza podemos encontrar altos contrastes en los que el ojo humano es capaz de distinguir detalles en ambas zonas. Estos son fundamentales a la hora de hacer una fotografía en blanco y negro, ya que sin el suficiente contraste quedarán planas; por el contrario, en la fotografía en color, demasiado contraste produce sensaciones irreales.
Técnicamente se llama pantalla a las zonas claras u oscuras que hacen resaltar objetos de distinta intensidad de luz. Un objeto claro destaca más sobre una pantalla oscura que sobre una clara, y viceversa. Jugando con estos conceptos podemos hacer que las partes significativas destaque mucho más que las secundarias.
Cuando todo es del mismo tono, por ejemplo claro, unas pequeñas sombras o líneas de contraste es suficiente para hacer destacar los objetos, pero cuando entran en la composición otros tonos y otros colores esas pequeñas sombras y líneas pierden protagonismo y se hace necesario crear pantallas para que contrasten.
No obstante, tampoco conviene que los contrastes sean demasiado definidos, como si fueran superposiciones de colores y formas puras. En algunas zonas debe haber un degradado, hasta llegar a confundirse el fondo con la forma, para que quede realista.
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Dice la ortodoxia de la composición o Euritmia, que tiene que haber un tercio dedicado a las sombras, un tercio a las luces y un tercio a las medias tintas. Asi lo aplicaban los clasicos de la pintura universal. A las medias tintas o transiciónes, tambien las denominaban esfumato o difuminado.
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