18 de febrero de 2014

Principios elementales de composición: El retrato

Charles I of England - Van DyckEl retrato, el retrato de personas, es una especialidad en la que cada detalle importa para componer, desde la elección del modelo a la ropa, pasando por el fondo, la pose y todos los detalles. Un retrato en un parque, o en una pradera, dicen algo sobre la persona retratada que es diferente a su cuarto, una biblioteca, un bar, etc., y tiene que ver con los elementos compositivos de la obra. No debemos conformarnos con llevar a nuestra modelo al parque porque queda bonito, el entorno en el que la colocamos también es importante.


Así pues, la primera decisión compositiva a la hora de realizar un retrato es dónde vamos a colocar a la persona retratada, si en un entorno, y entonces tendremos que tener en cuenta los problemas compositivos espaciales, o aislada con un fondo neutro, o con un fondo significativo, pero sin consideraciones espaciales, o con ellas.

El segundo elemento compositivo debe ser el encuadre y la pose. ¿Qué nos interesa destacar? Podemos optar por algún elemento de la cara, la cabeza, el busto, medio cuerpo, si incluimos o no las manos, y lo que hacen, cuerpo entero, etc. De todos ellos el más complejo sería el retrato de cuerpo entero, ya que deja mucho espacio alrededor, y es necesario saber qué hacer con él.

Una vez decidido en encuadre hay que determinar cuál es la pose, más natural, más artificiosa, formal, informal, frontal, lateral, en escorzo, la dirección de la mirada, etc.

Hans Holbein d. J. 037El retrato más clásico y efectivo sitúa los ojos del retratado al mismo nivel que los del fotógrafo y perfectamente enfocados, aunque muchos retratos sitúan la cámara un poco baja, para hacer un ligero contrapicado y realzar los valores del retratado.

La tercera cosa que debemos decidir son todos los demás detalles: la ropa, o el desnudo, los objetos que acompañan, los colores de todos los objetos, del fondo, etc.; y, por supuesto, las luces. Todos ellos son elementos compositivos que van a revelar el carácter de la persona retratada.

En retratos formales y semiformales, nos encontraremos con que el fondo, los objetos que acompañan, etc., nos vienen condicionados, ya que, además del retratado, debe «salir» el lugar donde está y quién lo patrocina. También podemos componer con estos elementos condicionados, poniéndolos en lugares más o menos llamativos, o haciendo que su presencia sea más o menos accesoria.

Self-Portrait15En el retrato clásico el espacio carece de importancia, lo importante es la persona retratada, sustraída del lugar, y hasta del tiempo, en el que se encuentra. Lo que hay que decidir, pues, es el lugar que ocupa dentro del encuadre. Lo normal es que la persona ocupe más o menos el centro del encuadre, aunque no necesariamente el centro geométrico, una iluminación Rembrandt, y que no tenga una pose frontal, si no unos tres cuartos, ángulo que revela muchos detalles. Sería el retrato más clásico, pero nada nos impide hacer que el retratado ocupe mayoritariamente uno de los laterales.

Normalmente evitaremos las simetrías, aunque nada impide usarlas con fines expresivos.

Lo normal es que el retrato no tenga suelo, puesto que si tiene mucho suelo da sensación de lejanía, y apenas vuelo, puesto que un retrato con mucho vuelo da la sensación de que el sujeto se escurre hacia abajo. Aunque bueno, quizás sea eso lo que queremos expresar.

Puesta en un paisaje, la gente (y los animales) siempre atraen la atención. Si lo que importa es el paisaje, en el que incluimos gente, estamos ante la especialidad de paisaje, así que si lo que queremos hacer es un retrato el paisaje debe de estar al servicio del retratado, y ser significativo de lo que es.

El retrato en grupo


De Nachtwacht01Pero además de retratar a una persona podemos retratar a varias, el retrato en grupo. El retrato en grupo presenta varios condicionantes.

El primero es el del encuadre; ya no podremos hacer encuadres demasiado cerrados, porque han de caber más de una persona. Cuantas más personas haya más abierto ha de ser el encuadre, y llegará un momento en el que solo podamos hacer el retrato de cuerpo entero e incluyendo suelo y cielo, con lo que aparecen consideraciones espaciales en nuestros retratos, y elementos del fondo que hay que cuidar para que no llamen la atención.

El segundo es el enfoque; si en el retrato de una persona aconsejamos como regla general enfocar a los ojos, en el retrato en grupo todos los protagonistas deben aparecer igual de enfocados, de manera que todos tengan el mismo protagonismo.

El tercer elemento que debemos tener en cuenta es la distribución y la pose. Esto dependerá del carácter que tenga la foto, ya que no será lo mismo hacer una foto familiar, con poses naturales e informales, que una foto institucional, en que la que el protagonista debe ocupar el centro, al lado las autoridades por orden de importancia, que si a la derecha o a la izquierda, cuestiones, muchas de ellas, dictadas por el protocolo.

The Three Graces, by Peter Paul Rubens, from Prado in Google EarthEntre esos dos extremos tenemos una gran variedad de fotos en grupo, desde bodas a excursiones, desde equipos deportivos a recogidas de premios, que no requieren ni tanta familiaridad ni tanta formalidad. No obstante, conviene, en este tipo de fotos, una cierta formalidad, un ponerse para la foto, y que no haya personas distraídas, ocupadas en otras cosas, cruzadas o dadas la vuelta, con los premios envueltos o en carpetas, o tomados desde un punto de vista en los que no se ven.

En general, al retrato en grupo le viene bien un punto de vista un poco bajo, con poco suelo y algo de vuelo, para que resalte la importancia de los retratados.

Los fondos suelen ser significativos, para mostrar, también, el carácter del lugar en el que se encuentran. Son raros los fondos abstractos.

Frecuentemente, a los problemas compositivos derivados de la fotografía en grupo debemos añadir los que plantea la fotografía en interiores, que veremos más adelante.
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