3 de diciembre de 2012

El fotógrafo clásico de la semana: Steve McCurry, el fotógrafo de la mirada


Steve McCurry (Philadelphia, 24 de febrero de 1950) es un periodista estadounidense, mundialmente conocido por ser el autor de la fotografía La niña afgana, aparecida en la portada más famosa de la revista National Geographic.

Graduado la Facultad de Artes y Arquitectura en la Universidad del Estado de Pennsylvania, comenzó a trabajar en un periódico local. Dos años después viajó a la India y la experiencia de ese viaje, enseñó a Steve la recompensa a la paciencia de esperar a que un medio ambiente sea perfecto para formar una magnífica composición.

La Asociación de Fotógrafos de Prensa le otorgó el Premio al Mejor Fotógrafo de 1984.




Es un colaborador habitual de National Geographic y de numerosas publicaciones fotográficas internacionales, y su reconocimiento como uno de los mejores fotógrafos del mundo le llegó con su famosa fotografía "Muchacha afgana", que tiene entrada propia en Wikipedia.

Muchacha afgana
McCurry comenzó a trabajar en Afganistán tras la invasión Rusa de 1979, alcanzando un punto decisivo en su carrera en el año 1980 cuando, encubierto en vestimenta nativa, cruzó la frontera con Pakistán en el Afganistán controlado por los rebeldes. Cuando salió de Afganistán tenía los rollos de película cosidos a la ropa. McCurry dio a conocer públicamente las impactantes imágenes de la zona devastada por la guerra, demostrando la cruenta realidad del conflicto. Su valor para entrar y capturar fotografías de un país en ese tiempo tumultuoso fue recompensado con la Medalla de oro "Robert Capa" al Mejor Reportaje Fotográfico del extranjero, un premio dedicado a fotógrafos que exponen un coraje excepcional en la dedicación a su profesión. Este galardón es también una concesión dedicada a los fotógrafos que exhiben un valor y entereza excepcional.


Desde entonces, McCurry ha cubierto numerosas áreas de conflictos, tanto internacionales como civiles; incluyendo la tensión entre Irán e Irak, la desintegración de la antigua Yugoslavia, conflictos en Beirut, Camboya, las Islas Filipinas, la guerra del Golfo Pérsico, Birmania, Yemen, Cachemira, Afganistán, etc.
La mayor parte de mis fotos están conectadas con la gente de esas tierras. Busco el momento indefenso del alma en su esencia cuando ésta lanza una mirada hacia fuera; es como un experimento grabado sobre la cara de una persona.
McCurry aprendió a mirar y esperar: "Si sabes esperar, la gente se olvidará de tu cámara y entonces su alma saldrá a la luz". 

No se describe como fotógrafo de la guerra, sino que se centra en la realidad humana de esta, demostrando lo que impresiona un paisaje o un rostro.

McCurry ha tenido la muerte rozándole los talones. Arrestado y encadenado en Paquistán, casi ahogado en Eslovenia y la India, abatido en la India también por las muchedumbres entusiastas y sobreviviente un intento de asesinato por un majadeen.


Cercano a las Torres Gemelas de Nueva York durante el 11-S, McCurry se apresuró a viajar a la Zona Cero, captando conmovedoras imágenes de la injusticia, el dolor y el apoyo de los neoyorquinos en este momento tristemente histórico.

Ha recorrido los lugares más inhóspitos del mundo, captando con una realidad y naturalidad increíbles, las gentes y tierras que visitaba. Miles de fotografías hablan de los años de dedicación a su trabajo. 



La Refugiada Afgana: historia de una búsqueda

Los grandes ojos verdes de la pequeña parecían sobresaltados con las insinuaciones de los azules y el miedo, contaban su historia. Helicópteros soviéticos destruyeron su pueblo y familia, forzándola a hacer un viaje de dos semanas a las montañas peligrosas de Afganistán. 

Este retrato resume para mí el trauma, la situación grave y la entereza con la que esta niña afrontó la situación de necesidad de escapar de su casa para terminar en el campamento de refugiados, cientos de millas lejos.
La foto se hizo un icono de National Geographic después de que fue publicada en la portada en junio de 1985. Él había pasado sus dos años anteriores, trabajando en una historia sobre los millones de refugiados que escaparon de Afganistán durante la invasión soviética. Este fue el único momento en el que vio esta cara anónima, a pesar de numerosos esfuerzos posteriores para trasladarla del campo en el que ella se quedó y ser evacuada.

No hago más que pensar, solo pasé allí una semana y de esto hace ya 15 años. Sin embargo, después de preguntar a mucha gente a través de todos estos años, todavía no consigo información sobre ella.
Desde entonces, esta imagen cruda, intacta ha sido usada sobre mantas y tatuajes, haciéndolo una de las fotos más extensamente reproducidas en el mundo. Sin embargo, en aquel entonces nadie sabía el nombre de la chica, por lo que era conocida simplemente como “la niña afgana”. 


La foto volvió a la portada de la revista en una edición especial en noviembre de 2001. McCurry realizó una búsqueda de la joven que duró 17 años. El fotógrafo realizó numerosos viajes a la zona hasta que, en enero de 2002, diecisiete años después, volvió a la región fronteriza entre Afganistán y Pakistán. Era su última oportunidad de localizarla, pues el campamento de refugiados sería cerrado. Para identificar con seguridad a la chica en caso de encontrarla se procedería a escanear el iris de sus ojos a partir de la fotografía.

Acompañado en su búsqueda por Rahimullah, un importante periodista del país, sólo obtenía falsas pistas, mujeres con un sorprendente parecido físico, rumores de que falleció a los trece años de edad a causa del parto de su primer hijo. 

Desalentado regresa a Estados Unidos, aunque dejando a Rahimullah continuar con la búsqueda. Rahimullah encuentra a un hombre que asegura ser el hermano de la muchacha de la foto, así que junto a Boyd Matson, compañero de McCurry, se presentaron en su casa. Afortunadamente lograron obtener el permiso del marido y de sus tres hermanos para hablar con ella y verla, pero con el rostro oculto tras un velo. Ya sabían su nombre: Sharbat Gula.

  

La periodista Carrie Regan, encargada de hablar con ella y hacerle unas fotos, dijo de su entrevista con la refugiada, que se desconocía su año de nacimiento, pero calculaba que tenía alrededor de 30 años.

Finalmente, tras la autentificación del iris e investigaciones del FBI, se llega a la conclusión que se trata de la misma persona, por lo que Steve McCurry se desplazó inmediatamente a Pakistán, donde se produjo el encuentro entre ambos. Autorizado a volver a fotografiarla, las nuevas imágenes de Sharbat muestran el deterioro causado por el paso del tiempo debidas a la marginación propia de su sexo y las penalidades de
ser una refugiada…

Sharbat Gula vive en una aldea remota de Afganistán, es una mujer tradicional pastún, casada y madre de tres hijos más un cuarto que murió cuando era pequeño. Su marido, con quién se casó poco después de su famosa fotografía, se llama Rahmat Gul y sus tres hijos Robina, Zahida, y Alia. 

Ella volvió a Afganistán en 1992. Nadie había vuelto a fotografiarle hasta que se reencontró con McCurry y no sabía que su cara se había hecho famosa. Su historia fue contada en la edición de marzo de 2003 de la revista National Geographic y en un documental para televisión titulado “Niña desaparecida: misterio resuelto”. La sociedad que publica la revista creó en su honor un fondo especial de ayuda al desarrollo y creación de oportunidades educativas para las niñas y mujeres afganas.

 



Es TOTALMENTE IMPRESCINDIBLE visitar su página Web:





Espero que disfrutéis con sus fotos.

Salud.

3 comentarios:

  1. Reporteros sin fronteras (Reporters sans frontières) ha sacado este año un libro muy asequible (9.90 euros) con fotos de McCurry. Se titula "100 Photos de Steve McCurry por la liberté de la presse". Os lo recomiendo a todos.

    Gonzalo

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  2. Es muy bueno, sin duda, pero su mejor aportación fue el famoso "pollo al curry"...

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  3. McCurry es también el fotógrafo elegido para el calendario Pirelli del 2013. La novedad es que este año las chicas están... ¡vestidas!
    --> http://www.pirellical.com/2013/

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