Medición de la exposición
Como todo buen fotógrafo sabe, la base de una buena fotografía es una buena exposición. La exposición correcta se obtiene ajustando el diafragma y la velocidad: más luz, cierro el diafragma o aumento la velocidad; menos luz, abro el diafragma o disminuyo la velocidad. Calcular ese par de valores es el punto principal de cada toma. Si medimos mal, nos saldrá subexpuesta o sobreexpuesta. Quemaremos las luces o empastaremos las sombras.
Aunque, a veces va a ser imposible exponer correctamente todas las partes de la imagen. Esto depende del rango dinámico de la escena que vamos a fotografiar. En una escena muy contrastada (por ejemplo, a pleno sol en verano a mediodía) la diferencia entre las altas luces y las sombras puede ser tan amplia que supere las posibilidades de nuestro sensor. Por otra parte, en una escena poco contrastada (por ejemplo, un día nublado) no tendremos problema de captar todos los matices. Sin embargo, tendremos que ajustar la cámara para que no salga ni demasiado clara ni demasiado oscura.
Un poco de teoría.
El fotógrafo Ansel Adams, que vivió a principios del siglo XX, elaboró un método para lograr la exposición perfecta. Lo denominó “Sistema de Zonas”.
El Sistema de Zonas de Ansel Adams parte del rango dinámico del papel en el que se va a presentar la fotografía (o el del negativo que se va a exponer). Ese papel podrá representar desde un tono negro total hasta un blanco total. La gradación intermedia de grises, Adams la divide en 9 partes o zonas, numerándolas desde la cero (negro total) a la 10 (blanco total). La idea es que la diferencia entre una zona y la siguiente sea un diafragma, o un paso de exposición.
En ese esquema, el punto medio, el gris medio (recordemos que en tiempo de Adams la fotografía era en blanco y negro) es la zona 5. Bueno, como Adams las puso en números romanos, será la Zona V.
Se supone que una escena “normal” tiene luces y sombras y una tonalidad media alrededor de la Zona V de Ansel Adams. Esto es importante porque es la premisa que se usa para calibrar los fotómetros de nuestras cámaras.
Por otra parte, el sensor de una cámara digital moderna tiene un rango dinámico (la cantidad de tonalidades diferentes que es capaz de captar) de entre 5 y 7 pasos de diafragma. Esto quiere decir que, partiendo de la zona central, Zona V, nuestro sensor es capaz de llegar hasta la Zona VII o hasta la Zona VIII por la parte de las luces; y hasta la Zona III o la Zona II por la parte de las sombras. (Dos o tres pasos por arriba y otros tantos por abajo).
Modos y métodos de medición.
Normalmente las cámaras reflex tienen tres modos de medición, a saber:
- Medición puntual. El fotómetro mide sólo en una zona reducida, generalmente en el centro del campo de visión.
- Medición ponderada. Se mide toda la escena y se calcula una media, pero dando más preponderancia a la parte central.
- Medición evaluativa o matricial. El fotómetro evalúa todo el fotograma dando un valor adecuado para el conjunto de la escena.
Los métodos de medición van a depender del modo que ajustemos en la cámara. Vayamos por partes.
1.- Método con el modo de Medición Evaluativa o Matricial. Es el que aconsejo para iniciarse.
Ponemos la cámara en el modo indicado y ajustamos velocidad y apertura para que coincida con lo que nos marca el fotómetro. Funciona bien en el 90% de los casos. En ese 90% en que la escena está distribuida simétricamente en torno a la Zona V de Ansel Adams. Es decir, una escena con un buen equilibrio de luces y sombras.
Pero, ¿qué pasa si la escena no está equilibrada (en cuanto a luces y sombras)? Por ejemplo, un paisaje nevado en el que predominan las luces (los blancos) y escasean las sombras. Como el fotómetro está calibrado para un gris medio, considera que hay demasiada luz y cierra el diafragma (o aumenta la velocidad) para conseguir que la escena esté en ese gris medio. De tal forma que la nieve en lugar de blanca, sale gris.
Por cierto, el esquiador, en esa misma toma, saldrá con la cara oscura casi negra. Debido a que probablemente sea la única “sombra” que detecta la cámara. Y, con buen criterio, la ajusta a la Zona III de Adams.
¿Solución? Fácil, engañar a la máquina y sobreexponer. Sobreexponiendo dos puntos llevamos el blanco de nuevo a la Zona VII (de la que nunca debía haber salido).
Lo mismo, pero al revés, sucede cuando nos topamos con una escena con colores mayoritariamente oscuros (una montaña de carbón, por ejemplo). El fotómetro tratará de llevar la escena a la Zona V, con lo que el carbón no saldrá negro sino gris. Y la cara del minero, que probablemente sea la única “luz” del encuadre, quedará blanca, paliducha.
¿Que hacer entonces? Subexponer. Si subexponemos dos puntos llevaremos el negro carbón a su zona natal que es la Zona III.
Resumiendo, el modo evaluativo o matricial funciona bien casi siempre. Y cuando no, miramos en la pantalla de la cámara y sub o sobreexponemos. (Si estamos en la nieve sobreexponemos directamente porque ya sabemos que es la solución correcta).
2.- Método con modo puntual y tarjeta gris al 18%. Es el de los profesionales pijoteros.
Para este método necesitamos una tarjeta gris al 18% que vale 28,97€ en Amazon. O cualquier otra cosa que sea de un gris medio (normalmente las bolsas y mochilas de fotografía tienen zonas grises que son de esas características).
Como sabemos que nuestro medidor está calibrado para ese gris medio que habita en la Zona V de Adams, pues ya está. Ponemos la tarjeta (o su equivalente, por ejemplo, mi Kindle tiene un gris muy aparente) en el lugar del crimen y medimos puntualmente en la tarjeta. Luego si eso, quitamos la tarjeta para que no salga en la foto (je, je).
Lo que midamos en la tarjeta sirve para toda la escena, hemos medido la luz incidente, la que baña la escena. Y, de todas formas, hemos hecho que el gris medio salga en la foto como un gris medio, ni más ni menos claro.
3.- Con modo puntual y sin tarjeta gris. Éste es el de los auténticos profesionales.
¿Para qué queremos tarjeta gris si sabemos distinguir el gris medio en la naturaleza? Hay varios trucos para encontrar un tono medio que nos valga para medir. El más famoso es el azul del cielo. Si estamos en el campo, en un día despejado, medimos el cielo azul (no el sol, ni las nubes) y ese valor nos sirve para el paisaje que está justo debajo.
El tono de la piel también vale. El pómulo de un magrebí, de un moreno Julio Iglesias o equivalente es buen candidato para la Zona V. Si nuestro modelo es más caucásico rostro pálido, entonces estará en la Zona VI, y tendremos que sobreexponer un punto. Medimos en ese pómulo con medición puntual.
Hay fotógrafos más empollones y currantes que se aprenden de memoria los tonos medios de rojos, verdes y azules (es tan fácil como imprimir una tarjeta con un nivel 128 de cada uno de esos colores) y luego sólo tienen que buscar a su alrededor, medir puntualmente en el tono medio y ¡ale hop! Ya lo tienes.
Como ejemplo, en un paisaje, las copas de los árboles (ni muy claras ni muy oscuras) pueden dar ese “verde medio” que nos vale para la medición puntual. También la hierba en una zona de sombra.
4.- Modo puntual y Zona VII. Exponiendo para las luces.
En el punto anterior explicamos cómo medir ajustando a la Zona V. Pero lo mismo podemos hacer para la zona que queramos, sólo hace falta compensar sub o sobreexponiendo, según sea la zona en la que medimos. Lo voy a explicar en una tablita.
Medimos en ... Compensación.
Zona III ...........-2 (subexponer)
Zona IV ...........-1
Zona V ...........0
Zona VI ...........+1 (sobreexponer)
Zona VII ...........+2
Cuando medíamos en la nieve, estábamos midiendo en una Zona VII y compensábamos sobreexponiendo 2 puntos.
Eso mismo podemos hacer siempre. En la escena, localizamos el blanco más blanco en el que queremos que todavía se note textura (que no sea un blanco cegador sin textura, el sol estaría en la Zona X, mucho más allá). Una vez localizado ese blanco, medimos en él y sobre lo que nos indique, sobreexponemos 2 puntos. Toda la escena nos deberá quedar perfectamente expuesta.
Errores
Es tan erróneo usar siempre la medición evaluativa como usar siempre la puntual, si no se utilizan con cabeza. Si ponemos siempre medición puntual y no medimos en el punto adecuado no conseguiremos la exposición correcta.
Por otra parte, hay situaciones en las que se puede medir mejor que en otras. Por ejemplo, en un paisaje contamos con que el sujeto no se va a mover y, por lo tanto, tenemos tiempo de sobra para medir en varios puntos y comparar resultados. Cosa que no ocurre en escenas dinámicas como en fotografía callejera, de deportes o de espectáculos. La fotografía de animales también es complicada para hacer una medición en el momento, salvo el caso de tener un puesto (hide) de vigilancia específico en el cual ya hemos podido medir con anterioridad.
En esos casos en los que no podemos pararnos a medir correctamente, yo aconsejo la medición evaluativa/matricial y emplear uno de los automatismos de la cámara, como son la prioridad a la abertura o a la velocidad. De esta forma seremos más rápidos a la hora de disparar. Tras cada disparo o cada pocos disparos debemos evaluar el resultado y corregir, si es necesario, con el botón de “compensación de la exposición” (que tiene un [+/-] impreso) subexponiendo o sobreexponiendo a voluntad.
Resumen del Sistema de Zonas
Zona ... Descripción
0 ...........Negro puro
I ...........Negro, con leve tonalidad pero sin textura
II ...........Negro con textura; la parte más oscura de la imagen en la que se registra un leve detalle
III ...........Gris oscuro con poca textura
IV ...........Gris oscuro con textura: follaje oscuro, piedra oscura o sombras de paisaje
V ...........Gris medio: piel oscura
VI ...........Gris claro: piel caucásica; sombras sobre la nieve en paisajes soleados
VII ...........Gris claro: piel muy clara; sombras en la nieve con iluminación lateral aguda
VIII ...........Blanco con textura: textura de nieve
IX ...........Blanco sin textura; nieve flagrante
X ...........Blanco puro: luz fuentes
Para todos los que estén interesados, aquí el PDF de la presentación.
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